valenzuela (garcia)_recuerdos de infancia
1960-….
Lo del chancho
por Gabriel VALENZUELA GARCIA
Este relato ocurre en el lugar llamado Quelén, comuna de Salamanca, de donde soy originario.
En los años 1960 me vine a vivir a la casa de mi hermana mayor (Nolfa) en el lugar llamado Panguesillo. Fue ahí donde conocí algunas familias y en particular a Don Balta, que prácticamente todos los fines de semana organizaba una rifa: compraba chanchos, él mismo los mataba y luego preparaba arrollados y otras presas. Enseguida preparaba una salsa con un poco de vinagre de vino tinto, comino, ají molido de color (pimentón) y ajos cortados muy pequeños y después hacía cocer en un fondo con agua caliente para enseguida vender los arrollados y las presas calentitos.
Cada sábado por la noche, alrededor de las 22 h, organizaba una rifa; ponía en juego los 2 costillares y la cabeza del cerdo. Don Balta le daba un valor a cada pieza, comenzábamos a jugar con dados numerados de 0 a 7 por ejemplo, le daba un valor de 60 000 pesos a un costillar, utilizaba por ejemplo habas secas, o bien una variedad de porotos secos bien diferentes de los que se encontraban en el comercio para que no hubiera trucos (para que algunos de los jugadores no llegaran con granos para pretender ganar la rifa).
Un costillar al que Don Balta le daba un valor de 60 000 pesos por ejemplo fijaba a 300 pesos cada unidad de juego, eso quería decir que había que acumular 200 unidades para ganar un costillar.
Yo me consideraba un buen jugador, pues ganaba regularmente! pero lo más complicado era que estas rifas eran juegos de azar, por lo tanto prohibidos, regularmente perseguidos por los carabineros, y en la noche era muy difícil verlos llegar, pues muy a menudo llegaban vestidos de huaso a caballo y con vestimentas de personas que vivían en el mismo lugar.
Si habían personas que habían sido detenidas, los familiares de éstos tenían que ir a pedirle al patrón de aquella época para que interviniera y así obtener la liberación de los detenidos.
2022 10 05